Si había una cosa que queríamos experimentar en Japón (más que comer sushi, cruzar el paso peatonal de Shibuya y sacarnos un selfie delante del torii de Miyajima) era vivir con japoneses… ¿y qué mejor manera de hacerlo que con couchsurfing?
Que alguien de el premio nobel al que inventó esta extraordinaria forma de viajar y de derrumbar barreras mentales! Fue así como conocimos a Kentaro, Satoko y su pequeñajo con los mofletes más regorditos de todo Japón…
Sato y Ken viven a las afueras de Kobe y con ellos pasamos un día super entretenido: tras venirnos a recoger (con pancarta y todo!) a la estación de trenes nos llevaron a su bonita casa.
Lo de que los japoneses viven en casas minúsculas es un bulo ¿eh?, todas las casas que visitamos han sido espaciosas con dos o más habitaciones, salón, cocina y dos cuartos de baño, uno para el wc y el otro para la ducha/bañera. Y pedazo bañera tenían Ken y Sato: nos parecía estar en un sento, que gustico bañarse allí jeje. Bueno seguimos.
Sato nos preparó una taza de matcha (té verde) siguiendo el ritual de la ceremonia del té y nos dio unos dulcecitos muy ricos (obviamente de judía roja, como les gusta!!).
Tras hablar un poco de nuestras vidas, de los viajes, del trabajo, decidimos ir de excursión a una fábrica de sake (la zona es muy famosa por la producción de este licor de arroz). Aquí nos enseñaron los varios procesos para producir el sake, aunque lo que más nos gustó fue la parte práctica: toma chupitazos de sake gratis… campai!
El sake es uno de los productos japoneses más famosos: se obtiene desde el arroz fermentado y, aunque ahora mismo estés pensando ‘bah que asquito’, te aseguramos que no está para nada mal 🙂 Eso sí, la graduación es bastante elevada así que si no quieres un resacón de campeones limítate a dos, tres chupitos.
Después de tanto beber había que meter algo en el estomago, no? Pues nos fuimos a una tienda que vendía cosas muy raras. Si os somos sinceros no nos enteramos muy bien que era exactamente lo que probamos, solo sabemos que era muy muy salado… todo sabía a pescado fermentado pero… no era pescado XD.
Lo que sí estaba para chuparse los dedos era el okonomyaki que nos prepararon nuestros anfitriones: Sato es de Hiroshima y esta ciudad es, junto con Osaka, la capital de esta pizza/pancake japonesa. Estaba riquísimo! Y para acompañarlo también cocinaron yakisoba (noodles a la plancha). Que gran cena (con chupitos de sake de limón y naranja mmm, nos fuimos a dormir super relajados jaja).
Una vez más tuvimos otra genial experiencia gracias a couchsurfing, no podemos dejar de recomendarlo!
Al día siguiente, tras un desayuno memorable con esta pareja tan maja, comenzamos una nueva aventura: ir a Himeji en autostop… pero esta es otra historia 😉
4 comentarios en “COUCHSURFING EN JAPÓN: KOBE!”
Increíble viaje, una pregunta: como busco personas dispuestas al couchsurfing? Como confio en ellas y como hago que confíen en mi?
Hola Jeremias! En la pagina de couchsurfing encontraras los anfitriones que estan dispuesto a alojar en el lugar y fechas que elijas, luego en sus perfiles puedes ver comentarios de otros couchsurfers que han estado con ellos y asi puedes fiarte de ellos o no 🙂 Un saludo!
También en Tokio hay?
Si 😀