Siéntate y ponte cómodo, porque hacer un viaje por la historia de Turquía supone darse un buen trote. ¿Cómo resumir en pocas palabras un pasado tan revuelto, lleno de civilizaciones, guerras e imperios?
Vamos a intentarlo. Pero ten paciencia y no pierdas la fe, porque la historia de Turquía tiene mucha chicha, pero chicha buena. Te lo explicamos rápido: al ubicarse estratégicamente entre dos continentes (y menudos continentes) esta tierra era codiciada por todo imperio que quisiera predominar sobre sus adversarios. Y lo mismo durante siglos y siglos. Spoiler: Alejandro Magno, Imperio Romano, Antigua Bizancio, Imperio Otomano y Guerra Mundial entre otras cositas. Casi ná, eh.
¿Listo para bucear en los antepasados lejanos y en los hechos más recientes que han moldeado la actual Turquía? Aquí va nuestro (no tan) breve resumen de la historia de Turquía:
Contenido que vas a encontrar
Historia de Turquía hasta el Imperio Bizantino
Prehistoria y primeros pobladores
Como hay que recortar por algún lado, aquí vamos a ser muy breves. Lo más destacado es que se ha demostrado que los primeros pobladores de la zona fueron cazadores en la era del Paleolítico, y residían en Anatolia (la que hoy es la parte asiática de Turquía).
Siguiendo adelante en el tiempo, al parecer ya durante la Edad del Bronce existía un continuo comercio entre Troya y varias partes de la Grecia continental y las islas del Mar Egeo. Esto dio pie a dos cosas: intercambio de mercancías, conocimientos e ideologías y… las bases para futuras guerras. No quiero hacer spoiler pero, corre corre caaaaaballitoooo. Ok, paro ya.
Los Hititas
Damos un salto para conocer a los Hititas, un pueblo guerrero que no dudó en provocar las primeras guerras y sacar provecho tras ganarlas. Por ejemplo Ramses II, uno de los faraones de Egipto más importantes, tras caer ante ellos fue obligado a casarse con una princesa hitita.
Como ves, eran gente que usaba la fuerza, pero también la cabeza y pronto les quedó claro que la diplomacia podía ser un arma tan efectiva como un buen puñetazo 😉 De hecho, para muchos, esa boda fue el primer tratado de paz de la historia. En su momento de máxima expansión ocupaban el territorio de Anatolia y zonas de Chipre, Mesopotamia y Siria.
Pero la Dinastía Hitita no duró demasiado: otros pueblos, como los tracios, empezaron a ganarles terreno y su papel en la historia de Turquía pronto pasó de protagonista principal a actor secundario -Bob-.
Troya, la guerra, los griegos y las telenovelas turcas
Con los Hititas, la ciudad de Troya alcanzó su mayor esplendor, pero los troyanos no tuvieron una vida pacífica, pronto los griegos comenzaron a hostigarlos hasta que en el año 1.250 a.C. se inició la mítica Guerra de Troya (sí, sí, la de Homero y la Ilíada y la Odisea y también la de Brad Pitt y, por supuesto, del famoso caballo).
Este es el momento perfecto para decirte que aquí, la mitología se mezcla con la realidad y a día de hoy ni siquiera los estudiosos de la materia se ponen de acuerdo. Para muchos la Guerra de Troya nunca existió tal y como se cuenta, y solo forma parte de la mitología griega tan real como los relámpagos que Zeus lanzaba desde lo alto del monte Olimpo. Para muchos otros sí que tuvo lugar de verdad, y la sangre corrió como el vino.
Mini-mini-mini resumen: un príncipe troyano con nombre Paris ama locamente a Helena, esposa casada del rey espartano Menelao. Afrodita, la Diosa del amor, le debía una a Paris (ya te dije que era un mini resumen) y él le pide que Helena se enamore de sus huesitos. Dicho y hecho. El joven rapta a su amada, se la lleva a Troya y explota el caos: Menelao está muy cabreado y pide ayuda a los reyes griegos para que declaren la guerra a Troya. (Buena jugada).
Ojo a la selección, que ríete tú del tridente del PSG (si lees esto en el 2040 que sepas que en el año 2022 en el PSG jugaban Messi, Neymar y Mbappe juntos): entre los soldados griegos están Agamenón, Aquiles (sí, el del talón) y Ulises. Molar molaban, pero rápidos no eran: los troyanos, bajo el mando de Héctor y Paris, resisten unos 10 añitos.
En este tiempo pasa de todo, entre otras cosas nos matan a Aquiles clavándole una flecha en el talón que, como sabrás, era la única parte «mortal» de su cuerpo macizo… Y aquí viene lo mejor, para rematar la epopeya los espartanos deciden construir un caballo de madera, y un grupo de ellos se esconden dentro mientras el resto del ejército finge marcharse. Dejan el caballo delante de las puertas de Troya a ver que pasa…
Y lo que pasa es que los troyanos, que eran guapos y fuertes, pero también muy confiados, al ver este regalo no se les ocurre otra cosa que meterlo dentro de la ciudad. Pues sí, regalazo pero envenenado: durante la noche los griegos que estaban ya sudando la gota gorda ahí to apretujaos salen cual Spontiak de Ignatius y en un pispas abren la puerta de la ciudad. El resto del ejército (que no se había marchado, ains que burlones, solo estaban escondido) entra y ¡zas! conquistan Troya.
10 años de resistencia para nada. Moraleja: nunca metas a casa un caballo de madera. Ahora entiendes de dónde viene el ingenio de los guionistas de las series turcas, ¿verdad?
Los Persas y Alejandro Magno
Desde 1200 a.C. aprox la influencia griega se extendió por todo el territorio. Hubo un momento en que no solo dominaban la costa turca, sino que incluso gran parte de los pueblos de Anatolia (la zona interior de la península) estaba bajo su dominio. Y esto no gustaba nada, pero nada, a Ciro II, el emperador persa.
Espera, espera, espera, ¿pero ahora quiénes son los persas? La antigua Persia se refiere al actual Irán, pero a lo largo de su historia el Imperio Persa llegó a reinar sobre gran parte de Asia Central y las regiones del Mediterráneo Oriental, incluidos nuestros queridos Balcanes. Uno de los grandes nombres de este pueblo fue Ciro II el Grande (600-530 a.C), quien fundó la dinastía Aqueménida, el primer Imperio Persa.
Todo eran risas y jijijaja hasta que unos 200 años más tarde un tal Alejandro Magno consiguió lo imposible: doblegar el Imperio Persa y ser el nuevo pxxx amo del reino. Y no exageramos, a lo largo de su vida fue rey de Macedonia, Hegemón de Grecia, Faraón de Egipto y Gran Rey de Persia. Y encima dicen que era guapo, el tío.
La de Alejandro fue una buena época para Turquía: se mezcló lo bueno de Oriente con la cultura helena, estableciendo las bases de la Turquía que conocemos hoy en día.
A su prematura muerte en el año 323 a. C. (con apenas 32 años), envuelta en misterio, siguió el Periodo Helenístico, caracterizado por el desarrollo de ciudades estado, como Pérgamo, pero sus sucesores no supieron estar a la altura y apenas se prolongó hasta la llegada de los romanos.
Imperio Romano e Imperio Bizantino
La entrada del Imperio Romano en la Península de Anatolia fue un paso natural en las ansias de extender territorios más allá del Mediterráneo. Fue un proceso lento entre los siglos I y II a. C. en el que se asimilaron las diferentes culturas existentes y se introdujeron nuevos aspectos provenientes de Roma. Pero un gran evento estaba a punto de tener lugar…
En nuestro resumen de la historia de la Antigua Roma te contamos que Diocleciano fue el primer emperador en ver que era necesario dividir el Imperio Romano en dos partes. De él viene el lema «quien mucho abarca poco aprieta»… Bueno, puede que esto me lo acabe de inventar pero ya ves por donde van los tiros.
Tenemos entonces al Imperio Romano de Occidente con capital en Roma, y el Imperio Romano de Oriente (o Imperio Bizantino), con capital en Bizancio, que en el año 330 d.C. pasó a llamarse Constantinopla (y que no es otra que la actual Estambul).
En el año 476 d.C. Rómulo Augusto abdica como emperador del Imperio Romano de Occidente, hecho que los historiadores toman como el fin de la Edad Antigua e inicio de la Edad Media. ¿Por qué cae el Imperio Romano de Occidente? Porque no pudo frenar las invasiones bárbaras provenientes del norte de Europa.
El Imperio Romano de Oriente (Imperio Bizantino) consiguió resistir casi mil años más. En 1453 cae rendido ante Mehmed II Fatih (el conquistador), sultán de los turcos-otomanos que trajeron consigo dos novedades: una nueva lengua y una nueva religión, el islam.
Imperio Otomano
Hay que anotar que el Imperio Otomano nació mucho antes que la llegada de Mehmed II Faith. En sus comienzos fue un pequeño estado formado por pueblos túrquicos (hoy en día solo se reconocen 6 países túrquicos: Azerbaiyán, Kazajistán, Kirguistán, Turkmenistán, Turquía y Uzbekistán).
El momento de mayor auge del Imperio Otomano fue con Süleyman I (Soliman el Magnífico), que conquistó gran parte del Norte de África, regiones de Oriente Medio y del Sureste de Europa. Hablamos de uno de los imperios más legendarios en la historia, ya que abarcó unos 600 años.
Durante el Imperio Otomano, Turquía, en especial Estambul, vivió una de sus mejores épocas: multicultural, libre y rica. ¿No está mal, no? Mezquitas y palacios lujosos se levantaban por doquier, mercados de especias y todo tipo de productos que venían de lejano oriente… Aunque como todo, también esta época dorada tenía fin de caducidad.
Es difícil encontrar una clara razón del declive de este gran Imperio. Ya con la batalla de Lepanto, en 1571, las cosas empezaron a torcerse, y cuando en 1830 Grecia consiguió la tan ansiada independencia y poco a poco varias naciones de la zona de los Balcanes le siguieron, se veía venir que llegaba el fin de sus días.
Puede que tras siglos de convivencia, los diferentes grupos étnicos que formaban parte del Imperio necesitaran cierta independencia que hasta el momento no tuvieron, puede que los sucesores de Süleyman no supieran estar a la altura. O puede simplemente que otros Imperios sacaran sus garras: Napoleón, los Habsburgo o los rusos dejaban claro que estaban dispuestos a pelear y que, esta vez, conquistar nuevos territorios no sería pan comido…
En los últimos años del Imperio hubo intentos de modernización (echa un vistazo a la historia de los Jóvenes Turcos si quieres profundizar), pero estos no satisfacían a nadie. De hecho, la historia tenía guardado un capítulo que lo precipitaría todo…
Historia contemporánea de Turquía
Primera Guerra Mundial
Tras un principio más o menos tibio, llegó la hora de posicionarse y Turquía se decidió por el bando alemán. Mal. Long story short: tras perder poco a poco territorios del norte de África y de Oriente Medio (y habiendo ya perdido anteriormente el sureste de Europa), el Imperio Otomano tuvo que capitular en 1918 ya que ni seguía con ganas de batallar, ni con las capacidades económicas y físicas para hacerlo. Acabó la contienda y con el Tratado de Sévres de 1920, gran parte de lo que quedaba del Imperio Otomano se repartió entre países vencedores.
Este hecho no gustó a gran parte de la población turca que, evidentemente, estaba sumida en el caos. Especialmente cuando Grecia intentó reconquistar parte de sus antiguos territorios (Esmirna, Bursa, Edirne…).
Atartürk, la guerra de Independencia y la República de Turquía
El caos se apaciguó con un nuevo movimiento nacionalista liderado por Mustafa Kemal, quien pasaría a la historia como Atatürk (padre de los turcos). Lo primero que hizo fue impulsar el levantamiento que llevó a la Guerra de Independencia. Consiguió derrotar rápidamente a los griegos y en 1923, tras la firma del Tratado de Lausana (que anuló las sanciones impuestas en el Tratado de Sévres e impuso la retirada de otras potencias que habían ocupado territorios turcos), por primera vez Turquía trazaba las fronteras de un nuevo, recién estrenado país.
El 29 de octubre de 1923 nacía oficialmente la República de Turquía, con Ankara como capital.
Atatürk fue un hombre adelantado a su tiempo, a lo largo de su mandato reformó el país desde el punto de vista político, cultural y social, con el objetivo de hacer de Turquía un estado moderno y más afín a Europa. Algunas de sus mayores reformas fueron:
- Cese de las escuelas religiosas
- Abolición del sultanato
- Creación de la Constitución Turca
- Abolición de la ley islámica (Sharya)
- Prohibición de la poligamia y del divorcio por repudio, a favor del matrimonio civil
- Derecho de voto a las mujeres
- Cambio del alfabeto árabe al latino
- Declaración de Turquía un país laico
- Día de descanso del viernes al domingo
- Promoción del uso de vestimentas occidentales
Para los turcos está considerado como padre de la nación y héroe nacional. Se mantuvo en el poder hasta 1938, año de su muerte. Hoy descansa en su monumental mausoleo, en Ankara, visitado por miles de personas cada día.
Pero no es oro todo lo que reluce: su objetivo era la unidad nacional, bajo el concepto de que en Turquía solo había una etnia, la turca, lo cual trajo conflictos. Por ejemplo la secularización del país provocaría descontento entre varias etnias (kurdos, armenios, chechenos, griegos, árabes…).
Tras la muerte de Atatürk, uno de sus grandes apoyos, Ismet Inönü, le sucedió como segundo Presidente de la República de Turquía (hasta 1950). Durante la Segunda Guerra Mundial, en un primer momento prefirieron quedarse a la sombra y no apoyar a ningún bando, aunque finalmente se decantaron por aliarse con EE.UU. lo que más adelante le propició una buena relación con los Estados Unidos y la entrada en la OTAN.
Turquía hoy
En los años ’50 Turquía llega al poder el partido Democrático y el país se beneficia de un boom económico sin precedentes. En los ’60 las cosas cambian: crisis económica por un lado e inestabilidad política por el otro. Los ’60-’80 son años marcados por golpes de estado y por la invasión de Chipre (y la consecuente división en dos de la isla, una perteneciente a Grecia y otra a Turquía).
En 1984, además, los kurdos no aguantan más la opresión turca y el PKK (Partido de los trabajadores de Kurdistán) lanza el primer ataque armado buscando la independencia del Kurdistán Turco. 30 años después, este tema sigue estando caliente. Más info sobre la cuestión kurda aquí.
En los años ’90 el panorama sigue inestable y tenemos que saltar hasta el año 2002 para conocer otra figura clave en la historia de Turquía: el actual presidente Recep Tayyip Erdoğan (que fue primer ministro entre 2002 y 2014).
Su Partido por la justicia y el desarrollo (AKP) que es abiertamente islamista, ha dividido la sociedad en dos polos: resumiendo MUCHO, se puede decir que los turcos seculares lo acusan de querer borrar la herencia que dejó Atatürk, mientras que los islámicos obviamente están encantado con la gradual islamización del país (Santa Sofia, por ejemplo, volvió a ser convertida en Mezquita).
Para resumir aún más: las grandes ciudades no están demasiado contentas con Erdoğan, pero las zonas rurales, históricamente más conservadoras, le apoyan sin rechistar.
Erdoğan ha establecido un tipo de política exterior mucho más independiente, sin pertenecer a ningún tipo de organización (más allá de la OTAN), alejándose de Europa, rompiendo relaciones con Israel y enfriándose bastante las que mantenía con EE.UU.
En 2013 el mundo tembló cuando, a raíz de unas protestas ambientalistas, la policía turca actuó de forma desmesurada. El resultado fueron unas protestas y una movilización mucho más masiva en contra del gobierno (mayo-agosto). Los disturbios acabaron con una decena de muertos y millares de heridos y encarcelados.
En 2016 hubo un intento de golpe de estado: una facción del ejército tomó el parlamento y puso fin al mandato de Erdoğan, quien, por otro lado animó al pueblo turco a tomar las calles para demostrar su apoyo. Su llamada tuvo efecto y finalmente la policía detuvo a los golpistas. Hay quien dice que este golpe fue una operación de falsa bandera y que el presidente lo aprovechó para endurecer las leyes y encarcelar a opositores (militares, periodistas…).
2018 es otro año clave en la historia reciente de Turquía: tras una reforma constitucional Erdoğan y el AKP ganaron las primeras elecciones presidenciales con el 52% de los votos. Nos encontramos con la mitad del país exultante y la (casi) otra mitad frustrada. ¿Y el primer ministro? Ya no existe: se eliminó el cargo.
Lo que sí existen son grandes problemas: Siria, Libia, refugiados, la entrada en la Unión Europea (que cada vez se ve más lejana y puede que menos deseada). Lo que no ha cambiado es que hoy, como hace cientos de años, Turquía es una pieza clave en el enorme puzzle geopolítico mundial.
Esperamos que con nuestro (breve) resumen de la historia de Turquía tengas más clara la situación de este increíble país, su pasado imperialista, los pueblos que han formado sus gentes y su cultura única en el mundo.
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