(No tan) Breve resumen de la historia de la Antigua Roma

Si eres de los que odiaban ir a la escuela, si la historia te parece aburrida o simplemente no te importa seguir desconociendo el pasado de Roma, estás autorizado a pasar completamente de este artículo. Pero te avisamos de que te vas a perder una clase magistral… ¿Eh? ¿Eh?! Porfi no te vayas: sigue leyendo anda, te prometemos que molará (dentro de lo que cabe, tampoco hacemos milagros…). Este es nuestro (no tan) breve resumen de la historia de la Antigua Roma.

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Breve historia de Roma

A ver, erase una vez Rómulo, Pavarotti y Berlusconi, que se fueron a cenar pizza con Giorgio Armani y Miguel Ángel… Se enfadaron por ver quien pagaba la cuenta y dieron el pistoletazo de salida a las Guerras Púnicas y a las pasarelas de moda de la fashion week de Milán… Es broma es broma! Venga, empecemos por el inicio de los tiempos:

La leyenda de Rómulo y Remo

Parece ser que los orígenes de Roma habrían sido, en realidad, muy parecidos a los de muchas ciudades del Lacio. Pero claro, los antiguos historiadores adornaron un poco las cosas para hacer que los comienzos de la que fue la ciudad más poderosa del mundo fuesen legendarios. Y aquí entran en escena Rómulo y Remo.

Cuentan que Ascanio, hijo de Eneas, fundó a orillas del Tíber la ciudad de Alba Longa, donde reinaron muchos de sus descendientes. Hasta que Amulio, lleno de ambición, destronó a su hermano Numitor y condenó a Rea Silvia, la hija de Numitor, a ser sacerdotisa para que no pudiese tener hijos. Ya, ya sé, parece una telenovela!

El dios de la guerra Marte, desafiando los planes de Amulio, hizo que Rea Silvia se quedase embarazada de dos gemelos: Rómulo y Remo, que fueron arrojados en una cesta al Tíber para poder ser salvados tras su nacimiento.

La cesta se quedó encallada y una loba, Luperca, los recogió, los amamantó y los crió. La telenovela comienza a tener aires de El libro de la jungla, ¿no?

Una vez adultos, Rómulo y Remo decidieron fundar una colonia cerca de Alba Longa para poder reinar sobre un territorio. Como buenos hermanos empezaron a discutir sobre cuál sería el mejor lugar para fundar esta nueva ciudad: Remo prefería el Aventino (una de las 7 colinas de Roma) mientras que Rómulo se inclinaba por el Palatino.

Decidieron esperar una señal divina y el 21 abril de 753 a.C. Remo vio a 6 buitres volar sobre su colina y, seguro de su victoria, se fue a pasárselo por las narices a su hermano. Pero cual fue su sorpresa cuando descubrió a 12 pajarracos volando sobre el Palatino y abajo al propio Rómulo cavando el foso que delimitaba la nueva ciudad, prometiendo dar muerte a los que lo cruzaran sin pedir permiso, menudo pieza el Romulo. Remo, cabreado por haber perdido 6 a 12 contra el hermano decidió cruzar, desafiante, el límite de la ciudad sin pedir permiso y Rómulo, de buen carácter y comprensivo, lo mató.

Fue el primer fratricidio de Roma, que se reveló como una de las más turbias, conspiratorias y locas sociedades de la historia. Un poco telenovela, un poco libro de la jungla, un poco Gladiator, un poco 007 y un poco CSI Las Vegas.

Loba Capitolina Roma

La Monarquía (753 a.C. – 509 a.C.)

Desde los comienzos de Roma la primera forma de organización política fue la monarquía. Ya vimos que Rómulo fue el primer rey pero claro, un rey con reino pero sin súbditos no sirve para mucho… Así que atrajo hasta Roma a gente marginada y prófugos de otros lugares.

Aunque todavía quedaba un problema: faltaban mujeres. Rómulo, que ya vimos que era muy buena gente, decidió raptar a las mujeres de los sabinos, uno de los antiguos pueblos prerromanos, y lo hizo de una manera muy ingeniosa: los latinos (Rómulo y sus súbditos) organizaron una gran fiesta y cuando los sabinos ya estaban borrachos perdíos, se llevaron a sus mujeres. Cuando, con toa la resaca los sabinos volvieron a casa y descubrieron el engaño, declararon guerra a Rómulo & friends.

La resolución de la guerra fue curiosa: las sabinas se interpusieron entre los contendientes suplicándoles que detuvieran la pelea ya que, si vencían los sabinos se quedarían sin maridos, y si lo hacían los latinos llorarían la muerte de sus familiares. Fueron convincentes: latinos y sabinos firmaron las paces, vivieron felices y comieron perdices. Más o menos.

Reyes de Roma

  • Rómulo, que ya vimos tenía un carácter un tanto peculiar.
  • Numa Pompilio, hombre severo y pacífico, fundador de la religión Romana.
  • Tulio Hostilio, gran guerrero, fue el primero en organizar militarmente a los romanos.
  • Anco Marcio, amplió los territorios de Roma y fundó el puerto de Ostia permitiendo que Roma tuviese acceso al mar.
  • Lucio Tarquinio Prisco, el primer rey etrusco que enseñó a los romanos la importancia del comercio y de la diversión: fue el artífice de los juegos en el Circo Máximo. Además creó una red de cloacas y se ocupó de hacer de Roma una auténtica ciudad.
  • Servio Tulio, hijo de una esclava del palacio de Tarquinio el Viejo, fue educado y acabó casándose con la hija del rey, nada mal, ¿no? Fue un hombre respetado y querido, impulsó la industria, el comercio y abrió la carrera política a todos los que, a pesar de humildes orígenes, supieran hacerse un hueco.
  • Tarquinio el Soberbio, llegó a ser rey tras haber asesinado a Servio Tulio, su suegro. Tarquinio el soberbio es el típico ejemplo de tirano, fue el primero en tener una guardia privada que velaba por su seguridad.

Este fue el último rey ya que el pueblo, cansado de la arrogancia y crueldad de sus soberanos, decidió poner fin a la monarquía: corría el año 509 a.C. y comenzaba la época de la República.

¿Estás cansado? No te preocupes solo nos faltan unos cuantos siglos por contarte…

La República (509 a.C. – 27 a.C.)

Tras la caída de la monarquía, el poder de Roma recayó sobre el Senado, concretamente sobre los patricios (los jefes de las familias más prestigiosas), que habían sido elegidos por el pueblo.

Tarquino el soberbio dejó tan mal recuerdo que la República fue diseñada para que ningún hombre tuviese poder absoluto y se creó uno de los primeros lemas políticos de la historia: SPQR (Senatus Populusque Romanus, “El senado y el pueblo romano”), que remarcaba que el poder de Roma estaba en las manos del Senado y del Pueblo. Muy bonito pero no muy verdadero: los patricios disfrutaban de unos cuantos privilegios (como desempeñar cargos públicos), que los plebeyos solo podían soñar.

El 494 a.C. es el año que, posiblemente, marca la primera huelga de la historia: los plebeyos dejaron de cultivar, comerciar y servir en el ejército amenazando con no volver a sus tareas hasta que no se reconocieran sus derechos. Que cracks! La ciudad, sin los verdaderos trabajadores, quedó rendida al caos y el Senado tuvo que acceder a las peticiones de los plebeyos. Se decidió crear un nuevo ordenamiento institucional llamado ’los Tribunos de la Plebe’, unos magistrados de origen plebeyo que tenían derecho de veto sobre cualquier resolución del Senado.

En 451 a.C. los plebeyos ganaron otra batalla: la Ley de las Doce Tablas, la primera ley escrita de Roma que regulaba la convivencia del pueblo romano.

Estos años fueron todo un ejemplo de que la unión hace la fuerza. Estaría bien que los políticos romanos de hoy, y sobre todo el pueblo, se acordara de vez en cuando! Uy pero que decimos políticos romanos, mejor decimos italianos, españoles, alemanes, chinos y marcianos.

✓ Las primeras guerras

Roma ya ejercía un gran poder sobre las demás ciudades latinas y unos cuantos privilegios sobre ellas. Comenzó así una época de guerras (latinas y samnitas) que Roma ganó sin parar. En todas las batallas Roma demostraba fuerza, ambición y determinación. Estaba naciendo el ejército más fuerte que la historia había conocido.

✓ La I Guerra Púnica

Roma comenzó a ganar territorios y a poner el ojo más allá del Lacio. En 272 a.C., cuando la colonia griega de Tarento fue conquistada, Roma dominaba ya toda la Península Itálica y, no teniendo más tierras que conquistar, comenzó a soñar en cruzar el Mediterráneo.

Cartago, en la actual Túnez, con su enorme puerto, tierras fértiles y localización estratégica, no solo era una de las ciudades más prósperas del momento, sino que los cartagineses comenzaron a expandirse hasta llegar a Sicilia. La ciudad de Mesina decidió pedir ayuda a los romanos y estos enviaron a sus soldados. Corría el año 264 a.C. y comenzaban las Guerras Púnicas que decidirían el futuro de Occidente.

Y sí, como bien puedes imaginar tras 20 años y 1 guerra sanguinaria, los romanos consiguieron hacerse con Sicilia y con unos acuerdos increíblemente beneficiosos: Cartago se comprometió a no atacar nunca más a Roma ni a sus aliados y además tuvo que pagar una indemnización millonaria (en dinero, bienes y tierras). Fue entonces cuando los cartagineses se extendieron por las tierras de Hispania, fundando Cartago Nova (Cartagena en la actualidad).

✓ La II Guerra Púnica

Cuando Cartago decidió invadir Sagunto, aliado de Roma, inevitablemente comenzó la II Guerra Púnica. Aníbal, un valiente general cartaginés tuvo un plan chiflado y al mismo tiempo grandioso. Juntar un ejército jamás visto, partir desde Cartago Nova, cruzar los Alpes (acompañado por unos cuantos elefantes), hacer que las poblaciones bajo el dominio romano se rebelasen y con su ayuda destruir Roma.

En 218 a.C. consiguió, no sin haber perdido muchos hombres, cruzar las Alpes y sobrevivir a su inverno. Ayudado por los Galos del norte de Italia (que eran un pueblo de bárbaros) ganó diferentes batallas, aunque cuanto más al sur llegaba, los pueblos se revelaban más fieles a Roma.

Una de las peores batallas para Roma fue en Canne, donde fue derrotada brutalmente. Cayeron en la trampa del magnífico estratega militar Aníbal, y cuando este tenía a huevo el asalto a Roma, incomprensiblemente paso de largo hacia el sur, conquistando otros territorios.

Gran error, le dio tiempo a Roma para reconstruir un gran ejército y, guiados por un joven general (Publio Cornelio Escipión) decidieron cambiar la estrategia de la guerra. En lugar de centrar todas sus fuerzas ‘en casa’ comenzaron unas batallas cerca de Cartago, forzando a Aníbal a abandonar tierras romanas para regresar y defender su patria.

Aquí, en Zama, los romanos consiguieron derrotar a Aníbal y Cartago por segunda vez. Corría el 202 a.C., los cartagineses tuvieron que ceder Hispania a Roma, y renunciaron a expandirse más allá de África ni comenzar ninguna guerra sin el ok de Roma.

✓ La III Guerra Púnica

Roma vivía un periodo de paz, sin embargo la ciudad de Cartago y su pueblo reemprendió su actividad comercial y volvió a ser próspero. Con ello, continuaba el temor de que los cartagineses decidieran reclamar todo lo que, en un tiempo, era suyo. Catón, un senador famoso por su inteligencia y retórica, no perdía ni una ocasión para exponer que Cartago debía ser destruida por completo.

En 147 a.C. Escipión declaró de nuevo la guerra a Cartago, saqueándola, quemándola y arrasándola hasta dejarla en sus cimientos. La que antaño fue la más grande potencia del Mediterráneo quedó sepultada bajo el recuerdo: Roma había exorcizado su pasado y era la dueña absoluta del Mediterráneo.

Anibal montado en elefante

✓ Flechazo con Grecia

Con el paso del tiempo Grecia, Turquía y Siria fueron igualmente sometidas a Roma, que no paraba de ganar y conquistar territorios. Los romanos atribuían su fuerza al deseo de los dioses y todos estaban felices y contentos. Gracias a los tributos que recibían tras las conquistas (oro, plata, esclavos, especias, animales exóticos…), se levantaban obras públicas vanguardistas y el pueblo romano obtenía alimentos gratuitos y disfrutaba de espectáculos nunca vistos antes. Fueron años de expansión y de riqueza.

La de Roma era una sociedad fuerte, pero pronto cayó rendida ante la cultura de Oriente: cuando conquistaron Atenas se enamoraron de su arquitectura, de su arte, de su filosofía e incorporaron este espíritu más culto, bello y sabio a su cultura.

Aunque como dice Nelly Furtado, que no es tan sabía cómo Catón (pero un pelín más guapa sí), todo lo bueno tiene su fin…

✓ El fin de la República

La parte más conservadora de Roma estaba escandalizada porque, según ellos, la incorporación de las costumbres griegas determinarían el final del espíritu romano. A mediados del siglo II a.C. este clima de agitación se incrementó cuando los Gracos, dos hermanos y tribunos de la plebe que reclamaban la distribución de tierras gratuitas entre los romanos más pobres, fueron asesinados. Comenzó así el siglo más sangriento de la historia de Roma: interminables Guerras Civiles, descontento e inestabilidad.

La República, que en los últimos 500 años había gobernado Roma sin problemas, no daba abasto con un imperio tan grande y extenso. Los generales romanos se habían vuelto muy poderosos y el último periodo de la República se recuerda como una de las épocas más movidas de la historia de la Antigua Roma por culpa de eventos como el intento de golpe de estado de Lucio Sergio Catilina, la revuelta de los esclavos de Espartaco o a la gran oratoria de Marco Tulio Cicerón, que no callaba ni debajo del agua!

Pompeyo, Julio Cesar y Craso se aliaron dando el inicio al primer Triunvirato.Aunque el verdadero protagonista fue sobre todo Julio Cesar que, ganados a los Galos y puesto un pie en Britania y Alemania, conquistó su inmortal fama.

Julio Cesar fue una de las figuras más importantes de la historia de la Antigua Roma: tuvo grandes cualidades personales, militares y políticas. Fue él quien, con su inteligencia y capacidad en ‘manipular’ a las masas populares, puso las bases de la transformación de Roma de República a Imperio. En el 44 a.C. fue nombrado dictador de por vida y tratado como un rey. Él por su parte cumplió con todo lo que había prometido: entregó tierras a los agricultores y a sus soldados, promovió numerosas obras públicas, reformó el calendario, conquistó nuevas colonias…

Pero la fama trajo consigo problemas: tras haber conquistado el poder absoluto, fue asesinado en un complot ideado por Marco Junio Bruto. Era marzo del 44 a.C.

Antes de su muerte, Julio Cesar ya había elegido un heredero del poder político: Ottaviano. Este, junto a Marco Antonio (sí, sí, el de Cleopatra!) y Lepido constituyeron un segundo Triunvirato y tras una serie de batallas (en las cuales asesinaron a Bruto) Ottaviano fue nombrado emperador de Roma en el 27 a.C.. El primero de la historia, bajo el nombre de Augusto.

Julio Cesar

El Imperio Romano (27 a.C.- 476 d.C.)

Fueron los siglos más prósperos de la historia de la Antigua Roma, pero también de guerras por el poder, crisis, venganzas y confabulaciones. Y claro, finalmente su caída. No te relajes que ahora empieza lo bueno!

✓ Los Julios y los Claudios

Conocedor del odio romano hacia las figuras dictatoriales, Augusto se presentó como el encargado de velar por la paz y el orden de Roma y de los romanos. Con él se inició una época dorada, tanto en riqueza y expansión como en cultura (¿te suenan de algo Ovidio, Tito Livio, Virgilio?). Y sobre todo una época de paz, que era lo que Roma y su pueblo necesitaban.

Gracias a sus reformas y a su sentido común, Roma pudo controlar hasta el último rincón de un Imperio que iba desde Hispania hasta Siria.

Tras la muerte de Augusto, le sucedió Tiberio, su hijo adoptivo, que resultó ser inteligente y eficaz (y que se retiró durante unos años en Capri cansado de la adulación de los senadores, no eligió mal destino).

Calígula fue el siguiente emperador, que pasó a la historia de Roma por su megalomanía y excesos (entre otras cosas hizo decapitar a todas las estatuas de los Dioses para colocar una copia de su cabeza). El carácter de Calígula no era fácil de aguantar, de hecho fue asesinado a los 4 años de su nombramiento…

Le siguió Claudio, su hijo, que al principio parecía ser un incapaz, tartamudo y cojo y que sin embargo resultó ser un buen emperador, justo y sabio. Aunque no muy cuidadoso: su mujer le asesinó para colocar a Nerón, el hijo de ambos, al poder.

Nerón fue sencillamente un tirano cruel y megalómano. Se le recuerda por haber asesinado a su hermanastro y a su madre, por perseguir a los cristianos y hay incluso quien le atribuye la causa del gran incendio de Roma (19 julio del 64 d.C.) que devastó la ciudad. La teoría conspiratoria defiende que Nerón lo causó para poder reconstruir Roma a su gusto.

En junio del 68 el senado votó que Galba fuese el nuevo emperador y declaró a Nerón ‘enemigo público’. Nerón entonces huyó de Roma, aunque en el camino decidió suicidarse. Las últimas palabras fueron ‘que gran artista muere conmigo!’. Olé tú!

✓ La dinastía Flavia

Tras la muerte de Nerón, Roma vivió un año de guerra civil que acabó con el nombramiento del general Vespasiano como emperador. Por primera vez un general había sido capaz de llegar hasta el trono imperial, apoyado por sus legiones. Vespasiano hizo las cosas francamente bien: saneó las arcas del estado y se dedicó con sabiduría y pasión a su mandado.

A su muerte su hijo Tito le sucedió. Tito ha pasado a la historia por ser un emperador querido, amable, generoso y desafortunado: murió solo dos años después de haber sido coronado. Su hermano Domiciano tomó el relevo. Este se reveló como un emperador severo y cruel, y tras 16 años de poder, fue asesinado.

El Senado entonces tuvo que buscar a un nuevo emperador y la elección cayó sobre Nerva, un senador anciano y sin hijos. Nerva, que de tonto no tenía ni un pelo, decidió adoptar como heredero y sucesor al más querido general de Roma: Trajano (de esta manera se ganó el apoyo de las legiones).

En el 98 d.C. Trajano llegó al trono y comenzó la era más esplendida, prospera (las fronteras se extendieron hasta Dacia, Arabia y Mesopotamia) y pacífica del Imperio Romano.

Trajano gobernó durante 21 años, a su muerte Adriano le remplazó y dedicó su mandado –y vida– a mejorar el funcionamiento de las colonias del imperio (decidió también que el Imperio no se extendiese más). Le siguió Antonino Pio, un emperador bueno y querido que gobernó durante 23 años.

En general, este periodo fue una época dorada del Imperio, se construyeron muchísimas obras públicas (acueductos, grandes edificios como el Coliseo, nuevas calzadas), de prosperidad y riqueza cultural, llena de paz y seguridad. Vamos, una de las mejores épocas de la historia de la Antigua Roma.

Las cosas sin embargo iban a cambiar una vez más… El siguiente emperador, Marco Aurelio, fue un gran gobernador, inteligente, amante de la paz y con un problema bien gordo con el que lidiar: los bárbaros.

Las primeras invasiones bárbaras fueron controladas por las legiones romanas sin problemas, pero pronto llegaron olas de tribus enteras (ancianos, niños, mujeres y hombres) hambrientos y desesperados. No buscaban guerra, buscaban vivir y tierras donde poder asentarse. Por primera vez en la historia, el Imperio Romano comenzó a reducir su extensión. Roma había dejado de luchar para conquistar, ahora luchaba para defenderse. Marco Aurelio fue un emperador excelente, pero cometió un gran error: dejar el Imperio al hombre menos adecuado, su hijo Cómodo.

Con Cómodo, emperador cruel, violento y enamorado de sí mismo, acabó la Edad de Oro y comenzó la Edad de Hierro. Una de las primeras cosas que hizo, por temor a perder la vida, fue firmar la paz con los bárbaros. Quiso además que los romanos le venerasen como a un Dios, e incluso llego a cambiar el nombre de la ciudad: Roma pasó a ser conocida como la Colonia Nova Commodiana. Murió estrangulado por un luchador, el 31 diciembre del 192. Menudas campanadas! Si te lo estás preguntando: sí, Cómodo es el emperador cabroncete de la peli Gladiator.

escena Gladiator Comodo

✓ Los Severos

El Senado, que estaba muy debilitado y con grandes crisis internas, decidió dejar la responsabilidad de elegir un nuevo emperador a los soldados. Estos nombraron a Séptimo Severo como el nuevo líder del Imperio. Séptimo Severo fue el primer emperador proveniente del Norte de África y trajo cierta estabilidad a Roma.

El que le siguió, Caracalla, fue un hombre tan cruel que llegó a asesinar a su hermano delante de la madre. Caracalla se creía la reencarnación de Alejandro Magno y pasó a la historia por ser el emperador que concedió la ciudadanía romana a todos los habitantes del imperio en 212. El motivo fue bastante práctico: aumentar el número de contribuyentes. Pero este hecho hizo que todos los habitantes del Imperio se sintiesen parte de Roma y que la ciudad dejase de ser la ‘caput mundi’, el centro y capital del Imperio y perdiera valor. Caracalla fue asesinado en 217.

✓ Siglo III y su desorden

El siglo III fue una auténtica locura: medio centenar de emperadores se sucedieron al trono, los bárbaros presionaban en las fronteras, el pueblo se empobrecía y los generales arrastraban a los soldados a guerras sin sentido. El final de Roma parecía estar próximo.

✓ Época de las reformas (Diocleciano y Constantino)

Diocleciano fue el salvador de Roma: trajo consigo una serie de reformas que cambiarían para siempre a Roma y que garantizaron que el Imperio siguiese con vida. Se dio cuenta de que un único emperador no era capaz de poder cumplir todas las necesidades de un Imperio tan grande, y decidió dividir el Imperio en dos, dando inicio a la Tetrarquía:

  • El emperador Maximiano gobernaría la parte occidental
  • El emperador Diocleciano gobernaría la parte oriental

Ambos tendrían el título de Augusto y serían ayudados por sus vice-emperadores, con el titulo de César.

El año 305 marcó el final de la primera Tetrarquía con la renuncia de los dos augustos Diocleciano y Maximiano. De esta forma los dos césares accedieron a la categoría de augusto y por tanto dos oficiales ilirios fueron nombrados nuevos césares.

La Segunda Tetrarquía quedaba así formada: Constancio Cloro y Severo II, como augusto y césar respectivamente en occidente, y Galerio y Maximino Daya en la parte oriental del Imperio. Sin embargo, Constancio Cloro cayó enfermo durante una expedición contra los pictos en Caledonia, muriendo el 25 de julio de 306. Su hijo Constantino se proclamaba el nuevo Augusto.

Una vez en el poder, el emperador Constantino mantuvo las reformas de su antecesor, pero fueron dos decisiones innovadoras por las que pasó a la historia: fundar Constantinopla (la actual Estambul) y la convirtió en capital del Imperio (por primera vez en 1000 años Roma dejó de ser la capital. Y declarar la libertad de culto en todo el Imperio en el año 313 (el cristianismo, perseguido en la historia de Roma brutalmente, comenzó el camino que le llevaría a ser la religión oficial de Roma).

En el 378 Teodosio subió al trono e implantó tres reformas fundamentales: ‘aprovechó’ a los bárbaros donándoles tierras a cambio de servir en las legiones; convirtió el cristianismo en la religión oficial de Roma; y a su muerte repartió el imperio:

  • El Impero Romano de Oriente para su hijo Arcadio
  • El Impero Romano de Occidente para su otro hijo Honorio
Partición del Imperio Romano en el año 395
Partición del Imperio Romano

✓ Las invasiones bárbaras

La repartición del imperio no consiguió frenar las invasiones bárbaras que, en Occidente, estaban causando estragos. Hasta tal punto que los dominios occidentales de Roma quedaron reducidos a Italia y a una pequeña zona de Galia.

En el 402 los godos llegaron a Italia y el emperador tuvo que trasladarse a un sitio más seguro (Ravena). Mientras él estaba a salvo, los bárbaros saqueaban las ciudades del Imperio sin que nadie consiguiese frenarles. En el 410 las tropas de Alarico llegaron a Roma y la saquearon, dejando claro que el esplendor de lo que fue el Impero más rico, prospero y fuerte del mundo había acabado.

En el 475 Rómulo Augustulo llegó al trono. Si bien su nombre recordaba a dos grandes del pasado se demostró como un emperador títere e inútil. Pasó a la historia solo por un motivo: fue el último emperador de Roma. En el 476 fue depuesto por Odacro, un general bárbaro que consiguió lo que tantos otros desearon durante siglos: la caída el Imperio Romano de Occidente.

El Imperio Romano de Oriente, o posteriormente conocido como Imperio Bizantino, consiguió sobrevivir hasta el 1453, cuando los turcos destronaron al último emperador Constantino XI Paleologo.

Y esta es, a grandes líneas, la historia de la Antigua Roma. ¿Sobreviviste hasta aquí? Enhorabuena: eres un crack!

Resto de la Historia de Italia

Como sabemos que ahora tienes curiosidad por saber qué pasó tras la caída del Imperio, también que estás medio dormido por la clase de historia, te dejamos un mini resumen (más mini imposible) de lo que pasó en Italia en el resto de su historia…

Tras la caída del Imperio Romano de Occidente, Italia se convirtió en un juguete en manos de las nuevas potencias europeas: fue conquistada por godos, ostrogodos, lombardos… que lucha tras lucha conseguían pequeños territorios, haciendo que lo que fue el un único gran Imperio quedase dividido en regiones independientes. Mientras tanto los cristianos, que tan mal lo habían pasado, alcanzaron niveles de popularidad nunca vistos: nacía el Papado.

Con la llegada de los francos, Italia quedó dividida en 3 partes:

  • El Sacro Romano Impero Germánico al norte
  • Los Estados Pontificios en el centro
  • Diferentes potencias al sur

Poco a poco se formaron las conocidas como ciudades estado. Estamos en la Edad Media, una época no muy divertida la verdad, sobre todo para brujas y herejes como el filosofo Giordano Bruno que fue quemado vivo en Campo dei Fiori por haber dicho que el sol era una estrella. Menuda idea absurda, ¿eh?.

Tras esta época oscura, Italia consiguió rescatar su importancia cultural y económica en el siglo XV. Era el momento del Humanismo y del Renacimiento, de grandes obras y enormes descubrimientos… Aunque pronto Italia volvió al lado oscuro, siendo de nuevo un títere, esta vez en manos de Francia y Austria.

Tras la caída del Imperio Romano de Oriente en 1453, un tal Napoleón ganó unas cuantas batallas y proclamó el Reino de Italia (auto coronándose como rey). Este hecho trajo consigo un fuerte incremento del nacionalismo de un pueblo que había estado separado demasiado tiempo. Con las rebeliones contra el Imperio de Austria se dio el comienzo en 1861 a la Unidad de Italia.

Las ganas de reafirmarse como una gran potencia hicieron que Italia entrase en la Primera Guerra Mundial (ganándola, pero quedando extremamente tocada económica y socialmente). En este momento una fuerza política oscura y asquerosa se hizo con el poder y llevó a Italia al bando equivocado en la Segunda Guerra Mundial.

Tras la Guerra, Italia quedó, una vez más, extremamente empobrecida, pero lo bueno es que fue proclamada república parlamentaria. Lo malo fueron casi la totalidad de parlamentarios que hasta el día de hoy salieron al poder: algunos harían temblar hasta a Nerón!

Berlusconi, la Juventus y las demasiadas calorías de las pizzas son castigos que el karma envió sobre el pueblo Italiano por los muchos errores cometidos en su historia… Aunque hay cosas buenas, ¿eh? Como la pizza, la pasta, el helado, lo bonito que es el país y su capital!

foros romanos

Así llegamos a nuestro (no tan) breve resumen de la historia de la Antigua Roma. Hay muchísimos capítulos por los que hemos pasado de puntillas, o incluso que no aparecen, pero resumir en un único artículo el devenir del Imperio Romano es una tarea casi tan colosal como el propio Coliseo! Así que, si hay algún historiador en la sala que nos perdone!

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historia de la antigua roma

6 comentarios en “(No tan) Breve resumen de la historia de la Antigua Roma”

  1. Excelente trayecto cultural.Al menos obligado en lo mínimo para internautas prófugos de la cátedra jurídica. (espero tu réplica) Ciao.!

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