Pasó un año desde que aterrizamos en Delhi en lo que era el inicio de nuestro segundo gran viaje.
El 27 de noviembre de 2013 India nos recibió como solo ella puede hacer: escupiéndonos en la cara su aire pegajoso y su olor a jazmin, desafio, curry, injusticias,incienso, pis, pasión y tradición. Esta mezcla resultó ser explosiva, y jodidamente adictiva. El pis no eh. El olor a pis sería bastante prescindible la verdad!
Aun así India nos enamoró. Fueron casi 4 meses viajando de norte a sur, de tren en tren, de mirada en mirada, de aventura en aventura. 4 meses que se convirtieron en el viaje más increíble que vivimos jamás. Cuando nos tocó marcharnos tuvimos claro que la despedida sería de «hasta pronto».
Este año también tuvo el color azul del agua de Maldivas, donde comprobamos que el paraíso también está al alcance del bolsillo mochilero; y el verde de la selva de Sri Lanka, donde viajamos con nuestro amigo Jordi y nos lo pasamos como enanos cruzándonos con leopardos, bailando descalzos bajo una casa árbol, subiendo rocas gigantes y nadando en el océano Indico.
En marzo nos separamos por un mes: Rober volvió a su casa y Lety se fue a viajar sola por Malasia. Fue una experiencia única donde me di cuenta de que todo el mundo tendría que hacerlo (por lo menos) una vez en la vida.
Fue un mes donde regresé a lugares conocidos como Kuala Lumpur y Melaka y descubrí lugares nuevos que me encantaron como las islas Tioman. Aunque en realidad lo considero un viaje casi más interior que sobre mis pies, un mes donde el universo se puso a mi favor y siempre me enviaba a alguien para afrontar los problemas con los que me iba encontrando. Descubrí lo peor y lo mejor de viajar sola y crecí como viajera y como persona.
En abril nos reencontramos en el aeropuerto de Bangkok para recibir a los padres de Lety… para estar los 4 flipando en colores en Tailandia y Camboya. Con ellos volvimos a Angkor, a Phnom Phen y a Koh Rong, nuestro país de nunca jamás que, por desgracia, creemos que nunca jamás volverá a ser lo mismo.
Tras estas «vacaciones» comenzaba la que seria una nueva y distinta aventura: vivir en Nueva Zelanda. Al otro lado del mundo, literalmente, descubrimos una tierra que te quita el hipo en cada km que recorres. Vivimos en furgoneta, también en casas particulares haciendo housesitting, recorrimos la isla norte y luego la sur, de aventura en aventura, hasta llegar a Queenstown, una de las ciudades más bonitas que hemos visto nunca, donde nos hemos establecido con nuestro amigo Jairo (el mochila nomada), trabajando como housekeepers y ganando dinero para seguir viajando.
Este año se acaba, pero el viaje no… ya tenemos nuevo destino: a mediados de marzo vamos a visitar un pais que nos llama desde hace mucho tiempo, aunque de momento seguiremos disfrutando de Queenstown al ritmo de nuestro nuevo lema: cada piso limpiado es un viaje ganado!
2 comentarios en “1 AÑO DE VIAJE (2.0)”
Enhorabuena pareja, ¡que el viaje siga mucho más!
Felicidades por ese año viajando! Espero pronto conoceros en algún lugar del mundo. Dais mucha envidia cochina 🙂 un besote mochilocos!!